VALORACIÓN HUELGA FEMINISTA 8M


 Ha pasado casi un mes desde la huelga feminista del 8 de marzo, tiempo necesario para ver con perspectiva una movilización histórica que supondrá un antes y un después en el reconocimiento social y las reivindicaciones de las mujeres y los colectivos y organizaciones feministas.
La iniciativa de la huelga recoge la propuesta que las organizaciones feministas de distintos lugares del planeta lanzaron en 2017. Este año la pretensión era, no solo recoger el testigo de aquella propuesta, sino amplificarla lo más posible. Así, en el Estado español los colectivos feministas, organizados bajo el paraguas genérico de la Comisión 8M, se prepararon durante varios meses para la jornada de huelga. A través de comisiones de trabajo territoriales organizaron los cuatro ejes de los que constaría la huelga de 24 horas: el eje de cuidados, el de consumo, el estudiantil y el laboral, cada uno de ellos -coordinado con los demás-, con su propia agenda de actividades y visibilización, especialmente entre el 8 de febrero y el 8 de marzo.

En cuanto a la huelga laboral, cada territorio, partiendo de un discurso común, tenía autonomía para proponer cómo se organizaría la convocatoria. En el caso de Asturies, las organizaciones feministas apostaron por una huelga en la que los compañeros también participasen activamente en la misma, a excepción del eje de cuidados, por supuesto. Así, se pedía a los compañeros que hiciesen huelga de consumo, estudiantil y laboral. Ese día las mujeres estarían en los piquetes, en la cabecera de las movilizaciones, con el megáfono en mano; pero para poder hacerlo, los compañeros tenían que estar ocupándose de los cuidados, en las casas y en los espacios públicos habilitados para ese fin. Fue, precisamente, esta autonomía de decisión la que hizo que hubiera confusión en la convocatoria y se dudase de si la participación en la misma era exclusivamente de las mujeres o no.
Por primera vez en sus treinta y seis años de historia, y respondiendo a la petición del movimiento feminista, la Corriente Sindical d’Izquierda convocó huelga general de 24 horas en Asturies, dando así soporte legal al eje laboral de la movilización. Como sindicato asturiano, de clase y feminista, la CSI ha asumido su responsabilidad con las mujeres que luchan todos los días contra el sistema capitalista y patriarcal en todos los espacios de sus vidas.
Decir que la jornada del 8M fue histórica no es, sin duda, ninguna exageración. A lo largo de todo el día, sobre todo desde las concentraciones de las 12h -convocadas por el movimiento feminista en las plazas de los ayuntamientos- se vio que la respuesta en las calles iba a desbordar cualquier previsión que se hubiese imaginado.
La manifestación de la tarde en Xixón, con noventa mil personas colapsando el recorrido (muchas no pudieron moverse de la salida) dejó claro lo que, apenas unas semanas antes, no acababa de creerse casi nadie: la capacidad de movilización; la centralidad de las demandas de las mujeres en todas las esferas de la vida; y la fuerza de sus voces, juntas, en la calle. Se hizo realidad el lema de la huelga, ‘Si nosotras paramos, se para el mundo’.
El 8M fue un día de emociones, sin duda. De grandes aciertos, pero también de aprendizajes para el futuro. La manifestación fue un gran éxito. Pero no debemos olvidar que la huelga de 24h tenía cuatro ejes: cuidados, estudiantil, consumo y laboral.
La huelga de cuidados se hizo visible, al menos en algunos de los espacios públicos que se abrieron ese día para acoger y gestionar los cuidados de criaturas y de mayores que cotidianamente son responsabilidad mayoritaria de las mujeres.
La huelga estudiantil tuvo una fuerte repercusión en institutos y universidad gracias a la implicación y al gran trabajo previo de las compañeras de los colectivos feminista universitarios.
En cambio, la huelga de consumo no tuvo apenas seguimiento, ni siquiera por compañerxs que participaron en la manifestación. La consigna era la de no consumir ese día en los establecimientos comerciales, lo que incluye irse a tomar algo después de la manifestación… Está claro que queda mucho trabajo por delante en este aspecto.
Con respecto a la huelga laboral, aún con la dificultad para conseguir datos contrastados, se puede decir que el seguimiento fue bajo, pero mayor del previsto en un principio. Las informaciones confusas sobre la convocatoria de la huelga -de 24 horas CSI, SUATEA, CGT y CNT; paros de 2h CCOO y UGT; y paros de 4h USO-, así como la labor desinformativa de algunas organizaciones hicieron que, hasta casi el último momento, las trabajadoras y trabajadores no tuvieran claro qué posición tomar. Esperamos que para futuras convocatorias esto ya no constituya un problema.
Por otro lado, la importancia del paro laboral en esta primera convocatoria (la de 2017 apenas tuvo repercusión) tenía una enorme fuerza simbólica: por primera vez las mujeres organizan una huelga de 24 horas; nunca antes se había hecho una convocatoria de estas características. El hecho de que los medios de comunicación no hayan sacado a relucir los datos de participación en el eje laboral, sino los de las manifestaciones en todos los lugares del Estado, demuestra esa fuerza simbólica.
Tras estas breves notas de valoración, se hace más presente -si cabe- la urgencia de seguir trabajando para que la fuerza de la movilización no se pierda. Las organizaciones, colectivos y personas, que forman parte de las comisiones de trabajo del 8M en Asturies, ya están inmersas en reuniones de evaluación y con la mirada puesta en el futuro inmediato. El 8 de marzo de 2019 está a la vuelta de la esquina.
Y, mientras tanto, hay mucho trabajo feminista por hacer.




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