Apoyo a l@s compañer@s de la C. de Cultura

Ante el traslado al "Edificio Calatrava" de las dependencias de la Consejería de Cultura, y tras la publicación de una carta firmada por la mayoría de sus trabajadoras y trabajadores mostrando su rechazo al traslado, desde la Corriente Sindical d'Izquierda manifiestamos nuestro apoyo al contenido de dicho escrito y os hacemos llegar un comunicado en el que recogemos nuestra opinión sobre la operación urbanístico-financiera-política que hay alrededor del tema:

- Los motivos de las compañeras y compañeros de la C. de Cultura.
- Nuestra postura sobre la carta.
- El gran negocio.
- Conclusión: nuestra propuesta.

La pasada semana, ante la inminencia de su traslado al nuevo “Edificio Calatrava” (aunque nosotros prefiramos el nombre que la sabiduría popular ovetense le puso con mucha ironía y acierto: “la ñocla”), el personal de la Consejería de Cultura tuvo la iniciativa de recoger firmas para hacer público un documento en el que mostraba su rechazo y sus temores por dicho traslado.

Los motivos de nuestros compañeros y compañeras

Desde la Corriente Sindical d’Izquierda no podemos por menos que mostrar nuestro apoyo y sintonía con todos los apartados del escrito. Comenzaba con una obviedad: el personal no es una parte más del mobiliario, y por tanto debería haber sido consultado antes de producirse un cambio tan sustancial en sus condiciones laborales y personales, algo que nadie tuvo a bien realizar; de la misma forma, tampoco se produjo la obligada consulta y negociación con sus representantes en la Junta de Personal y Comité de Empresa.

Continuaban desmontando las primitivas razones del traslado: la supuestamente obligada devolución del edificio que a la Administración del Estado ya no se va a producir ; y la pretendida unificación en unas únicas dependencias de todas las Direcciones Generales y Servicios de la Consejería tampoco se va a llevar a cabo.

Y por último constataban una realidad incuestionable: que el edificio Calatrava no es un edificio administrativo, no fue concebido como tal y el dedicarlo a tareas administrativas es una decisión posterior a su concepción. No resulta accesible a los usuarios (dos únicos ascensores para comunicar la entrada con unas oficinas situadas a una altura equivalente a 15 pisos) y con unas escaleras de emergencia intimidatorias y peligrosas.

Nuestra postura

Ante esta situación, y ante el todavía pendiente traslado de la Consejería de Salud, la Corriente nos reafirmamos en exigir a la Administración el cambio de uso de estas dependencias, buscando una solución para el personal que ya trabaja en el edificio y paralizando el traslado del personal de la Consejería de Salud.

El gran negocio

Pero mucho nos tememos que estos cambios no tengan marcha atrás. ¿Porqué? Muy sencillo, porque forman parte de una gigantesca y jugosísima operación en la que se mezclan urbanismo, economía y política en una profundidad tal que sólo se acierta a ver la parte pequeña del iceberg. Y lo que vemos da miedo.

Así, vemos cómo la labor de un arquitecto estrella y extravagante se utiliza como pantalla espectacular para que no veamos lo que hay detrás: unos políticos que se afanan en dar cobertura legal al gran negocio de unos tiburones de los negocios (la empresa se llama Jovellanos XXI, pero detrás hay nombres y apellidos conocidísimos no sólo en Asturias sino en todo el mundo). El negocio consiste en convertir un céntrico suelo (lo mismo ocurre con los terrenos de la antigua estación del Vasco) en un macrocomplejo que incluye superficies comerciales, hoteles, parkings y oficinas de la Administración Pública. Para la ejecución de las obras, el Ayuntamiento de Oviedo y el Principado de Asturias deberán contribuir con 20 y 58 millones de euros respectivamente (como veis, el calor del dinero reúne en su alrededor a los dos partidos mayoritarios); a cambio, el Ayuntamiento de Oviedo, además del edificio público previsto en El Vasco, recuperará dentro de 50 años (cincuenta) la titularidad del palacio de Congresos (hasta entonces explotado por Jovellanos XXI en régimen de concesión), y el Principado tendrá buena parte de sus dependencias administrativas compartiendo espacio con comercios, hoteles, etc.

Todo ello sin entrar en consideraciones como la ubicación misma del edificio, encajonado entre torres residenciales a las que agrede con su intimidatoria presencia, en vez de situarlo en una zona amplia y despejada donde pueda ser admirado libremente y con unos accesos apropiados.

Conclusión. Nuestra propuesta

Los datos que aquí os damos son públicos y constatables; además, son sólo un brevísimo resumen del enorme negocio montado por los representantes de tres aspectos (el económico, el político y el cultural) para el beneficio del primero. Así que nos da la impresión de que serán inútiles esta u otras denuncias, o la protesta de los empleados públicos afectados, porque el calado de lo que hay detrás pasará por encima del confort y seguridad de unos simples empleados públicos o de la comodidad de unos usuarios de la Administración Pública que sólo cuentan cada cuatro años para que este tinglado siga en pie.

No obstante, y después de reiterar nuestro total apoyo a la iniciativa de las compañeras y compañeros de la Consejería de Cultura (no estaría mal que sucediera algo parecido con las dependencias que aún restan por subir a este edificio, las de la Consejería de Salud), desde aquí anunciamos la presentación en los órganos de representación de una propuesta a presentar en público y a la propia Administración encaminada a conseguir el cambio de uso del edificio, dedicándolo a cuestiones de tipo protocolario, exposiciones, etc. Cualquier cosa menos oficinas administrativas con empleados públicos y atención al ciudadano


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