8 de Marzo día de la Mujer

El próximo domingo, 8 de marzo, es el día de la Mujer. Como todos los años, queremos enviar un saludo afectuoso a todas las compañeras y mujeres que lean este correo, y este año lo hacemos con tres propuestas de lectura:
En documentos adjuntos os incluimos dos poesías de mujeres con una procedencia muy distinta pero con una sensibilidad y unas inquietudes en común. En primer lugar os proponemos el conocimiento de la obra de Ndèye Coumba, poeta senegalesa conocida principalmente por “Filles du soleil” (Hijas del sol). También os adjuntamos una reseña biográfica y una poesía de Carolina Coronado, poeta española del s. XIX, contemporánea y amiga de Espronceda, y con una intensa y azarosa vida, en lo personal y en lo político.
Y por último, os proponemos un enlace con la página “red feminista”, compuesta por una serie de organizaciones de todo el estado español, y en la que se ofrece su punto de vista sobre las políticas adoptadas por el gobierno acerca de la violencia contra las mujeres y , al mismo tiempo, se sugieren una serie de medidas que se resumen en el lema “Ante la violencia de género, propaganda NO, protección efectiva YA”:

http://www.redfeminista.org/sub/no.asp

Ndèye Coumba
Poeta senegalesa que escribió “Filles du soleil” (Hijas del sol), un homenaje a las mujeres en el que muestra su preocupación por la suerte de las mujeres del Senegal y de toda África. Murió en septiembre del 2001.

Mi corazón es ardiente, como abrasador mi sol.
Grande también mi corazón, como África mi gran corazón.
Habitada de un gran corazón, más no puedo amar…
Amar a la tierra, amar a sus hijos.
Ser mujer, más no poder crear;
Crear, no sólo procrear.
Y, mujer africana, luchar.
Todavía luchar, para erguirse antes.
Luchar para borrar la huella de la bota que aplasta.
Señor!…luchar
Contra las prohibiciones, prejuicios, su peso.
Y, sin embargo!…
Seguir siendo Mujer africana, pero ganar la otra.
Crear, no sólo procrear.
Asumir su destino en el destino del mundo
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Carolina Coronado nace en 1823 en Almendralejo (Badajoz). Poeta precoz, con sólo trece años se dio a conocer en el ámbito literario con la aparición de un poema en una revista, que causó la fascinación del ya consagrado José de Espronceda, entre otros. Convencida liberal, su familia fue perseguida por los fernandinos, y ella se involucró rápidamente en la vida política y cortesana del Madrid del siglo XIX. Amiga íntima, por un lado, de la reina Isabel II, y por otro militante feminista y liberal, ingresa en el movimiento romántico español como una de las más avanzadas voces del mismo. Se enfrentó a la intelectualidad conservadora, que veía con malos ojos la labor creativa de la mujer (tema que abordó en novelas como “Jarilla”, “La Sigea”, “Páginas de un diario” y “La rueda de la desgracia”). Publicó valiosos y arriesgados ensayos, como “Galería de poetisas contemporáneas” (lo que dio pie a que sus contemporáneos masculinos utilizaran por primera vez el término “poetisa” en sentido despectivo), o el ensayo “Santa Teresa y Safo”, que le procuró tantos enemigos como partidarios. Murió en Mitra (Portugal) en 1911.

El Marido Verdugo

¿Teméis de esa que puebla las montañas
turba de brutos fiera el desenfreno?...
¡más feroces dañinas alimañas
la madre sociedad nutre en su seno!

Bullen, de humanas formas revestidos,
torpes vivientes entre humanos seres,
que ceban el placer de sus sentidos
en el llanto infeliz de las mujeres.

No allá a las lides de su patria fueron
a exhalar de su ardor la inmensa llama;
nunca enemiga lanza acometieron,
que otra es la lid que su valor inflama.

Nunca el verdugo de inocente esposa
con noble lauro coronó su frente:
¡Ella os dirá temblando y congojosa
las gloriosas hazañas del valiente!

Ella os dirá que a veces siente el cuello
por sus manos de bronce atarazado,
y a veces el finísimo cabello
por las garras del héroe arrebatado.

Que a veces sobre el seno transparente
cárdenas huellas de sus dedos halla;
que a veces brotan de su blanca frente
sangre las venas que su esposo estalla.

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