En la calle
de Galileo, número 57, vivía la escritora izquierdista Hildegart Rodríguez, en
unión de su madre. Ayer de mañana a primera hora dicha señora ordenó a la
sirvienta que se trasladase a avisar a una vecina. Aprovechando esta ausencia,
penetró en el dormitorio de su hija Hildegart, que se encontraba durmiendo,
disparándola cuatro tiros, que le produjeron la muerte…
Diario Palentino, sábado 10 de junio de 1933.
Yoan Baez-
Dona
Dona
Dona,
dona, dona, dona…
En
un vagón con destino al mercado
Allí
hay un becerro con ojos llorosos
Justo
encima de él hay una golondrina
Volando
rápidamente a través del cielo.
Como
se ríen los vientos
Se
ríen con todas sus fuerzas
Ríen
y ríen durante todo el día
Y
parte de las noches de verano.
Dona,
dona, dona, dona…
"Deja
de quejarte," dijo el granjero,
"¿Quién
te dijo que fueras un becerro?
¿Por
qué no tienes alas para volar
Orgulloso
y libre como las golondrinas?
Como
se ríen los vientos
Dona,
dona, dona, dona…
A
los becerros se les ata y masacra fácilmente
Y
nunca saben por qué.
Pero
quien atesora la libertad
Como
la golondrina,
ha
aprendido a volar.
Como se ríen los
vientos
Este 8 de marzo de 2013 os recomendamos
a la escritora Carmen Domingo y una de sus obras: Mi querida hija Hildegart.
Carmen Domingo
nació el 21 de junio de 1970 en Barcelona. Es Licenciada en Filología Hispánica
y trabajó como investigadora en la Universidad de Ain Choc (Casablanca),
pasando a colaborar posteriormente en medios de comunicación como El Viajero,
El País, Marie Claire, Time Out, RNE o la Cadena SER.
Su obra (ensayos y novelas de corte
histórico) está en buena parte centrada en el papel de la mujer española en el
siglo XX. Estas son algunas de sus publicaciones: Con voz y voto. Mujer y política
en España entre 1931 y 1945 (Lumen, 2004), Cocina japonesa para occidentales (Océano, 2005), Nosotras también hicimos la guerra (Flor
del viento, 2006), Los secretos de alcoba de las geishas (Océano, 2007), Rojo, amarillo, morado. Cuentos republicanos (Colaboración, mr
Astarté 2007), Coser y cantar (Lumen,
2007), Mi querida hija Hildegart
(Destino, 2008), Conversaciones de alcoba
(Edebé, 2009), La fuga (Ediciones B,
2011).
De entre toda su obra escogemos Mi querida hija Hildegart, no tanto
por las complejísimas circunstancias del crimen y de la actuación de su madre
Aurora, por interesantes y atractivas que sean, sino por la luz que arroja
sobre una época que supuso un espectacular cambio para la mujer en España y
su papel en todos los aspectos: político, cultural, familiar… Todas sabemos
cómo acabó el experimento de aquellos años, pero eso no justifica la
importancia secundaria que se da hoy en día al periodo 1931-1936. Tras una
exhaustiva investigación, Carmen Domingo compone un relato vibrante y
profundo, en el que los hechos, más allá de su dimensión humana, nos sirven
de reflexión sobre las paradojas de la existencia, los límites de la
educación, el difícil papel de las mujeres en la España que intentaba abrirse
a la modernidad y los claroscuros de un tiempo que no debería sernos tan
ajeno.
|
Hildegart
Rodríguez Carballeira nació en Madrid el 9 de diciembre de 1914
y fue una niña prodigio, concebida por su madre como
modelo de mujer del futuro. A los tres años ya escribía, y a los ocho hablaba
seis idiomas. Terminó los estudios de Derecho a los 17 años y fue
una miembro muy activa del PSOE y UGT, donde a pesar de contar con un amplio
apoyo entre las bases, la cúpula la miraba con recelo e intentaba minimizar su
presencia pública. De hecho, la publicación en 1932 de una carta en el
periódico La Libertad, en la que criticaba
duramente una posible alianza del PSOE con un candidato reaccionario, provocó
su expulsión. Tras esto se convirtió en miembro del Partido Republicano Federal
y una ferviente crítica de los "socialenchufistas".
Hildegart fue una de las personas más
activas de su tiempo en el movimiento por la reforma sexual en la España, y
estuvo conectada con la vanguardia europea en ese tema. Al fundarse la Liga Española por la Reforma Sexual
presidida por el doctor Gregorio Marañón
es escogida secretaria sin vacilaciones. Publicó múltiples textos, entre ellos
la monografía La Revolución Sexual que vendió 8.000
ejemplares, sólo en Madrid, en la primera semana tras su publicación. Mantuvo
una extensa correspondencia con personalidades europeas de la época, como H. G. Wells,
a quien acompañó cuando visitó Madrid y cuya pretensión de llevarla a Londres
como secretaria, además de con la intención de que se separase de su madre y
desarrollase su potencial, dio lugar a las paranoicas conspiraciones que Aurora
veía a su alrededor.
Aunque en su tiempo aparecieron diferentes
teorías, entre ellas una supuesta relación sentimental sin el consentimiento de
su madre, lo que parece más probable y coincide con el relato de su madre es
que el deterioro de la relación entre ambas era profundo, principalmente por el
intento de alejarse del proyecto vital que le tenía reservado y el progreso de
la paranoia
de Aurora. Hildegart intentó varias veces separarse de ella, a lo que su madre
respondía con amenazas de suicidio. Cuando vio que su familia se separaba de su
proyecto decidió destruirla. Por la noche, cuando Hildegart dormía, le disparó
tres tiros en la cabeza y uno en el corazón.
Hay otras obras inspiradas en su vida, de
las que os citamos las siguientes:
Aurora
de sangre (Vida y muerte de Hildegart), Eduardo de Guzmán,
1972. Editorial Mundo Actual.
Mi
hija Hildegart, Eduardo de Guzmán, 1977. Ediciones GP.
La
virgen roja, Fernando Arrabal, 1987. Seix Barral.
Hildegart,
la virgen roja, Joan Llarch, 1979. Producciones editoriales.
También se realizó una película sobre su
vida, Mi hija Hildegart, dirigida por
Fernando Fernán Gómez en 1977, basada en un guión de Rafael Azcona.
Para finalizar, os adjuntamos el enlace
a una entrevista a la autora en la página larepublicadigital.es:
http://www.larepublicacultural.es/articulo.php3?id_article=834
Y no nos resistimos a destacaros una
parte de esta entrevista, por su evidente interés:
- Si se pudiera hacer un paralelismo entre
los años ’30 y ahora, las mujeres incluso estarían más adelantadas de lo que
estamos nosotras ahora. Sin duda.
-
¿En qué sentido?
- En todos: en el social, en el político, en
el de reivindicar cosas y creer que puedes reivindicar cosas dentro de una
sociedad democrática. Ahora estamos un poco como a la espera de que el Gobierno
nos conceda una ayuda, de que el Gobierno nos quiera dar un Ministerio, de que
quiera redactar una Ley que más o menos nos ayude,…
Pero, en realidad, en
apariencia, sí que somos iguales hombres y mujeres, pero no debemos ser
iguales, cuando hay tanta legislación que obliga a que lo seamos.
- ¿Crees que los movimientos de mujeres trabajan ahora en la línea
correcta?
- Ahora los movimientos de mujeres están
como diluidos. También se lucha contra otro estigma, que a mí me ha pasado
también cuando te dicen eso de “claro es que tú
eres feminista”.
Es como si se planteasen “vamos a insultar a esta ahora”. O te hacen preguntas del tipo “¿Cómo es que tus libros siempre hablan de mujeres?” Y entonces, yo saco el nombre de dos o
tres historiadores masculinos que siempre hablan de hombres, y a los que nadie
les pregunta cómo es que no hablan de mujeres.
Es decir que, este tipo de
cosas rompen la supuesta paridad en que vivimos y, no se plantearían estas
cosas, si de verdad nos consideráramos todos iguales. Digo yo.
Los años de la República supusieron
para la mujer de la época un intento de salir de las catacumbas de una sociedad
oscura y ultraconservadora, con avances en lo político, jurídico, cultural…
Salvando las evidentes distancias, parece claro que en estos momentos se
necesita un nuevo impulso que lleve a la mujer a una auténtica liberación,
puesto que de ninguna manera se puede llamar liberación a tener que compaginar
la vida laboral y la familiar. Muchas instituciones y organizaciones que han
caído en la comodidad, en la subvención, en la simple organización de actos de
cara a la galería pero vacíos de contenido deberían dejar el sillón y retomar
la llama reivindicativa, salir a la calle y trabajar con la realidad social con
las mismas ganas, ilusiones y ansias rupturistas de aquellas mujeres.
Comentarios
Diez mariposas volaron
donde la luz es mentira,
mas dormidas en la pira
irredenta se quedaron
y sus sueños se esfumaron
(gusanos al sol, mesías
de lo justo que creías).
...Pero no murió su idea,
esa cosa que da brea
a todas las utopías.
¿Entonces fueron mujeres
las mariposas perdidas?
Mujeres que laten vidas
por encima de poderes
necios de tantos próceres.
Mujeres de anatomía
abrazadora en las vías
abstractas de cada lucha,
de cada sueño. De mucha,
de todas las garantías