La revisión salarial en la Junta acaba
 en subida de retribuciones:
DISCULPEN SUS SEÑORÍAS:
¡¡¡NO TIENEN VERGÜENZA!!!
COBRAR SIN TRABAJAR: TODOS A UNA.  Desde que el pasado mes de diciembre salió a la luz pública la realidad del sistema salarial que se aplicaba a los Diputados de la Junta General del Principado, que suponía la exención de tributación alguna de una parte considerable de sus salarios, que recibían en forma de desplazamientos o dietas de manutención, venimos asistiendo a un verdadero culebrón en el que Sus Señorías se han enfrascado con una intensidad inaudita para lo que nos tienen acostumbrados.

Este sistema salarial vigente hasta ahora, que no solamente camuflaba parte de su sueldo no tributando a Hacienda, sino que además escondía otras perversiones, como el cobrar dietas y desplazamientos incluso en períodos de vacaciones, en los que no se generaban ni uno ni otro conceptos retributivos, estaba sostenido sin fisura alguna por todos y cada uno de los cinco grupos políticos que forman parte de la Junta General del Principado. 


Solamente cuando pasan a ser conocidos los detalles por la sociedad asturiana y se airean las vergüenzas, comienzan a dar pasos al frente arrogándose la necesidad de “corregir” el sistema hasta entonces vigente y “dignificar” los salarios de los representantes políticos.

A fin de cuentas, lo que implica este nuevo sistema retributivo, es una subida de sus retribuciones brutas para más de la mitad de los actuales diputados.

NO ES DIGNIFICAR SUELDOS: ES UNA INDIGNIDAD POR MANTENER SUS PRIVILEGIOS.  El acuerdo al que han llegado el partido del Gobierno Asturiano y sus comparsas en este asunto, se dice que responde al “compromiso de establecer una retribución digna, objetiva y cuantificada”.

Es una retribución absolutamente digna para quienes la cobran, no cabe duda, va de los 3.902 euros para cada Diputado con dedicación absoluta a los 4.878 euros para el Presidente de la Cámara, cantidades brutas todas ellas. Van a tributar por todo ese dinero, como hacemos el resto de trabajadoras y trabajadores de este país, estaría bueno.

Lo que es indigno es que nuestros representantes políticos hayan aprovechado el viaje de su reforma retributiva para elevarse sus salarios. Parece ser que ellos están fuera de cualquier obligación legal de contención del gasto, como se aplica al conjunto de los empleados de las administraciones públicas.

Pero es que además, está la obligación moral que deberían plantearse sobre lo adecuado de cobrar esas altas cantidades con cargo al erario público, a costa de la caja de todos, la caja que también financia esos servicios básicos esenciales que ahora sufren severos recortes, elevando sus retribuciones brutas cuando la mayoría de los ciudadanos, trabajadores y también empleados públicos, estamos sufriendo en nuestras carnes los rigores de esta estafa que llaman crisis en forma de reducciones salariales, recortes de servicios públicos, paro y exclusión social.

DEBERÍAN SER EL EJEMPLO, PERO SON LA VERGÜENZA.  No valen las comparaciones con las retribuciones de otras Cámaras legislativas. La única comparación posible es con la realidad social. Los representantes públicos asturianos han dado una vez más muestras de su mezquindad  a la hora de valorar el ejemplo que dan a la sociedad.

Justificar esas cantidades retributivas, su subida salarial, el mantenimiento de decenas de asesores que recogen a supervivientes del partido convertidos en profesionales de la política, todo ello con cargo al dinero público, agranda aún más el foso que hay entre la sociedad asturiana, entre la gente trabajadora que está sufriendo recortes y ataques a su calidad de vida y de trabajo y sus representantes políticos, que siguen viviendo en su urna de cristal blindado ajenos a lo que ocurre en la calle.


La Corriente Sindical d’Izquierda rechaza frontalmente el papel jugado en este asunto por todos y cada uno de los grupos políticos que conforman la Junta General y una vez más queremos hacer patente que tenemos unos políticos que no nos merecemos y que si aún están ahí dedicándose a cometer tropelías como ésta que aquí abordamos, es solamente debido a nuestra incapacidad como sociedad organizada para echarlos a la calle, que es donde debieran estar, para dar paso a la imprescindible regeneración política que debe darse en este país. 

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