Concentración contra la privatización del servicio de la UPA


VIERNES 23 DE MAYO DE 2014, 11 h.
ANTE LA CONSEJERÍA DE BIENESTAR SOCIAL Y VIVIENDA




Y seguimos privatizando servicios: la Consejería de Bienestar Social convoca licitación de servicio de primera acogida en el Fundoma, mientras el Centro Materno Infantil está por debajo de su capacidad.
La CSI se opone a la privatización del servicio de la UPA.

Hace unos meses hacíamos un pequeño análisis de la situación de abandono y deterioro del centro materno infantil en sus dos vertientes de albergar la unidad del menor y también la Unidad de primera acogida.

Señalábamos la escasa ocupación de menores que había en los dos servicios, en la Upa a día de hoy solamente hay 3 menores, mientras que en módulos y apartamentos son 24 los menores acogidos; también apuntábamos que en cambio centros concertados (privados al fin) estaban en situación de sobre ocupación, como era el caso del Centro Madre María Larrañaga.

Al hilo de esto somos testigos con estupor que el día 11 de abril de 2014 se publica en el Bopa el anuncio de licitación de contrato del servicio de unidad de primera acogida en el complejo del Fundoma por procedimiento abierto. La licitación es por dos años prorrogables y con una cantidad que supera el millón cuatrocientos mil euros (1.432.760 euros). Y por si esto fuera poco una de las empresas que optan a la adjudicación es la empresa Eulen, junto con otras ONGs.

Nos preocupa que esta Consejería esté optando cada vez con más frecuencia a la llamada eufemísticamente externalización de los servicios públicos de atención a menores, que no es otra cosa que una clara y contundente apuesta por la privatización de los mismos. La consejería cuenta con un centro de referencia en la atención a menores como es el Centro Materno Infantil, con una plantilla de trabajadores cualificados para la atención al menor y que se está viendo mermada en estos últimos meses por la no llegada de menores al centro debido a la derivación a otros centros privados. Literalmente, se está dejando que el centro se hunda (un ejemplo harto ilustrativo es su fachada destartalada), pero en cambio sabemos que la Consejería debe pagar una cantidad en concepto de alquiler al Fundoma por  el servicio de unidad de primera cogida.

En cuanto a personal, varias plazas del Materno son vacantes sin personal que las cubra: 2 auxiliares-educador, 1 técnico en educación infantil, 1 Educador y 1 ayudante de cocina. Y dos operarias de servicio y una costurera pertenecen al servicio de contrata. Es decir hay una pérdida  real y efectiva de empleo público en beneficio de acuerdos y contratos con entidades privadas, con lo que ello conlleva de una desigualdad en las condiciones laborales de los trabajadores, donde a igual trabajo que en los centros públicos, distintos salario y condiciones.

Desde la Corriente creemos que la entrada de los menores en instituciones debe ser la  última opción  en la protección de los niños, pero también creemos que la consejería no juega limpio cuando afirma que no llegan niños al Materno por que no los hay: los menores sí están llegando a los  centros concertados para justificar el recorte en personal en el centro público de referencia  por excelencia en la atención a menores como es el centro Materno Infantil, y la adjudicación de la Upa a empresas privadas nos da la razón. La Consejería debería ser la primera que optara por valorar y aprovechar sus propios recursos tanto humanos como en infraestructuras, pues mientras deja que se hunda un centro pionero y de referencia (el Materno Infantil) da recursos y dinero a entidades privadas.





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